jueves, 7 de agosto de 2008

Arte y política
TUCUMAN ARDE historia de una experiencia

En 1968 un grupo de artistas de vanguardia protagoniza una ruptura con la institución arte en su conjunto (mercado, becas, salones, concepciones de arte vigente, etc). Inician la búsqueda de una nueva estética explorando la relación con un soporte institucional alternativo, externo al campo artístico: la CGT de los argentinos. A partir del "mensaje del primero de mayo" (redactado por Rodolfo Walsh) la CGT de los argentinos venia convocando a sectores extrasindicales (intelectuales, artistas, estudiantes, etc).
La confluencia con la CGT de los argentinos, la central obrera enfrentada a la dictadura de Onganía, significa la posibilidad de que un programa estético se vincule con el movimiento obrero, los sectores populares, sus luchas y reivindicaciones concretas. La creación artística necesariamente debía tener un impacto sobre la vida social por lo que significaba una reformulación no solo de los lenguajes que se utilizarían como así también los canales de exposición. Se dio una apropiación estética de discursos, procedimientos, formas, y espacios inherentes a la práctica política y sindical de oposición.
La denuncia de la crisis tucumana era una de las principales campañas de la CGT: la política del gobierno en el "Operativo Tucumán" , publicitado como la industrialización de la provincia, en realidad sólo era una pantalla para justificar el cierre de los ingenios azucareros que representaban su motor productivo. Estos artistas se plantearon relevar las paupérrimas condiciones de vida de los obreros de los ingenios azucareros y evidenciar la falsedad de la propaganda oficial en el mismo terreno donde ésta consolida su hegemonía, en los medios masivos de comunicación
La experiencia


El primer paso para la realización de la obra fue la acumulación y el estudio de estadísticas y datos sobre la realidad social de la provincia de Tucumán. Alrededor del proyecto trabajaron numerosos teóricos, sociólogos, artistas, cineastas y fotógrafos. Analizada la información existente, un grupo de artistas de Rosario viajó a Tucumán para recopilar datos en el lugar y hacer contactos. Posteriormente otro más numeroso -a los efectos de confrontar y verificar la realidad de la provincia- recaló allí con dos vías de trabajo. Por un lado hicieron una conferencia de prensa en el Museo de Bellas Artes, a la que asistieron numerosos medios, artistas y funcionarios, donde se anunció la preparación de un trabajo artístico -en sentido tradicional-. La finalidad fue encubrir los móviles de denuncia política de la obra, facilitar la tarea y evitar la represión del otro grupo que se abocó a realizar las entrevistas, grabaciones y filmaciones
Una semana antes de partir a Tucumán, en Rosario -mientras los medios oficiales seguían mostrando una publicidad en la que aparecía una hermosa joven morena con el epígrafe "Esta chica tiene azúcar", en alusión a la pequeña provincia argentina- se inició otro "Operativo Tucumán". Los artistas, para crear una intriga "copiando" la acción publicitaria de los medios, pegaron afiches en carteleras oficiales pagas y paredes que decían únicamente "Tucumán" y simultáneamente en funciones de cine se proyectaron diapositivas con la misma palabra.
Luego, mientras se desarrollaba el trabajo en esa provincia, se inició la campaña clandestina "Tucumán Arde". Se pintaron fachadas y tapiales de Rosario y se pegaron miles de obleas en lugares públicos con esa única inscripción. También se pintaron y arrojaron volantes, y días antes de inaugurarse la muestra en Rosario se mostraron en forma "oficial" afiches anunciando, con cierta ironía, la "Primera bienal de arte de vanguardia". Los testimonios filmados y grabados, sumados a centenares de fotografías, que se enviaban diariamente desde Tucumán, permitieron que al regreso del grupo, todo estuviera listo para presentar el material. Sin embargo, la conmoción de lo vivido los llevó a plantearse la opción entre montar el material o hacer un acto político. Finalmente se decidió hacer la muestra. Los artistas fueron sorprendidos en Tucumán por una realidad que superaba lo que habían supuesto, pero tuvieron la necesidad de mostrarla.
El 3 de noviembre se inauguró la exposición bajo el doble título "Primera bienal de arte de vanguardia" y "Tucumán arde". Se exhibieron fotografías, diapositivas, cortometrajes, los parlantes propalaron grabaciones con los testimonios de los trabajadores, se expusieron noticias relacionadas con los cierres de los ingenios, y se entregaron copias al público. Para ingresar había que pisar los nombres de todos los dueños de los ingenios, y cada 30 segundos se apagaban las luces haciendo una alusión directa a que en Tucumán en ese mismo momento se moría alguien de hambre. Simbólicamente, se servía café sin azúcar.
La CGT brindó sus sedes de Rosario y Buenos Aires además de los contactos necesarios para el trabajo de investigación en Tucumán. En Rosario se extendió por 15 días, en BSAS duró solo unas horas ya que empezaron las llamadas intimidatorias de los organismos de seguridad del estado, exigiendo el levantamiento de la muestra so pena de perder la personería jurídica del sindicato sede. Allí comenzaron también los conflictos entre la vanguardia artística y la cgt.
La rápida clausura, la intención de difundir la obra y la falta de un proyecto común para continuar el proceso hicieron que la mayor parte del material se diseminara por todo el mundo. Por estos motivos en la actualidad existen muy pocos registros sobre Tucumán Arde.

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